‘Mi Ciudad Envíos’: la nueva cooperativa de trabajo de los repartidores

Mi Ciudad, una cooperativa platense de traslado y delivery, articula más de 60 repartidores con un centenar de comercios. Hace ocho meses lograron constituir su personería jurídica, con la que apuntan a regularizar sus derechos laborales.

A estas alturas, todos hemos hecho alguna compra mediante aplicaciones como PedidosYa o Rappi. Podemos pedir lo que queramos, a toda hora y en todo lugar, llueva o sea feriado. Tampoco es limitante la distancia, ni el peso. ¿A costa de qué? ¿Quién paga el precio de esa comodidad? Oh, sorpresa, no son las empresas. Es un pibe en una bici cargando tres pack de gaseosas, es un tipo en una moto a la madrugada, es un celular bajo la lluvia. 

El trabajo de repartidor es una opción elegida por muchos, principalmente, porque garantiza la autonomía de tus tiempos y decisiones. A contracara, es un trabajo en el que estás solo: no tenés jefe, pero tampoco tenés red, contención, respaldo jurídico ni derechos laborales. 

Lucas Libasci y Nahuel Salguero empezaron trabajando con sus bicis. Se conocieron repartiendo para PedidosYa, cada uno por su parte, pero al poco tiempo conformaron un grupo desde el que ofrecían, personalmente, su servicio a los comercios. Después de tres años de trabajo, pudieron constituir el respaldo legal: la cooperativa Mi Ciudad Envíos, que viene a disputarle el terreno a las empresas multinacionales.

“Recién ahora nos pudimos hacer lucir en las calles con nuestras propias mochilas”, celebra Lucas, con orgullo, en el programa Frecuencia DLR, el día después de haber presentado públicamente en Plaza Moreno las nuevas mochilas y la indumentaria que lleva el color celeste y la estampa del mapa de la ciudad de La Plata. Su alcance llegó también a comercios de City Bell, Los Hornos y Berisso: “Ya estamos compitiendo con las apps, por lo menos en la región”, asegura Nahuel.

Actualmente, la cooperativa agrupa más de 60 repartidores y logró articular con 120 locales, en un trabajo que se hizo solo de forma personal y de boca en boca, sin publicidad. Esta normativa, les abre una gran puerta hacia la regularización de sus derechos laborales.

“Es muy importante dar la batalla porque a estas apps no les importa el trabajador”, remarca Nahuel. “Para la empresa, solo somos mano de obra para que ellos tengan su ganancia.”

Uno de los derechos principales que estas empresas no garantizan es el pago adicional ante condiciones climáticas, días feriados, exceso de peso o grandes distancias. Tampoco brindan ninguna protección frente a los percances que se exponen en sus horas de trabajo. “Todo esto lo pudimos incluir en el modelo de Mi Ciudad”, afirman los chicos.

Más aún, Lucas cuenta que El sueldo de un trabajador de Mi Ciudad supera el de una canasta básica, con todos los derechos que le corresponden”. “Haber logrado esto es un montón porque este es en general un trabajo muy mal pago”, dice, asegurando que ya no hay vuelta atrás.

Mi Ciudad brinda un servicio logístico para todo tipo de traslados, desde mudanzas y repartos hasta encomiendas y mensajería. Su próximo paso será lanzar una página web a través de la cual los usuarios puedan hacer compras a los locales y emprendimientos adheridos. 

Otra gran diferencia que tienen con las aplicaciones, es que son una cooperativa cercana, local. Ante cualquier conflicto, el reclamo no es virtual con una sede en el exterior sino que las soluciones son concretas, pero sobre todo, humanas.

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