El fuego que se llevó todo

El fuego de del Delta Paraná llegó a las islas entrerrianas donde pescadores artesanales de Ramallo trabajan, quienes luego del incendio se quedaron sin nada. “Ni una cuchara para comer un guiso”, dijeron.

Ramallo es una localidad al norte de la provincia de Buenos Aires, donde viven alrededor de 200 pescadores artesanales. Como todos los días, partieron en 15 embarcaciones 40 personas. Al cruzar el río y llegar a las islas donde se asientan para pescar, vieron como el fuego se llevaba todas sus ranchadas y elementos de trabajo.

Desde las seis de la tarde se veía humo, y las llamas llegaron a niveles descomunales durante la noche. Eran las tres de la madrugada y el incendio seguía. “Estuvimos hasta las 4 y media de la mañana combatiendo esto, nunca vimos un incendio de esta envergadura, fue tremendo”, dijo Julio Cardozo, presidente de la Federación de Pescadores Artesanales, que nuclea a 900 pescadores artesanales de Buenos Aires, Santa Fe, y Entre Ríos, que despliegan su oficio en el Río Paraná.

“Vi como todo lo que construí durante tres años con tanto esfuerzo se quemaba delante de mis ojos”, cuenta Julio. “Se me caían la lágrimas”, recuerda. Julio fue uno de los fundadores de la cooperativa “los pescadores sean unidos”, una herramienta de trabajo para varias familias que viven de la elaboración y comercialización de lo que pescan. Las 10 familias que perdieron sus viviendas trabajan ahí.

Pescadores de Ramallo dirigiéndose a las islas donde tienen sus elementos de trabajo

El fuego avanzó en cuestión de horas, y se llevó todos los elementos que utilizan para pescar, sus lugares de asilo cuando salen a pescar, y hasta colmenas que tenían para desarrollar la actividad de la apicultura. “No nos queda ni una cuchara para comer un guiso”, dijo Cardozo. El fuego se generó a muchos kilómetros de donde teníamos las ranchadas, pero con la magnitud del viento que hubo ayer, el fuego avanzó en cuestión de horas y las llamas se expandieron hacia el sur del Delta.

“No pudimos entrar ni salvar nada. No se veía donde caminabas”, dijo Cardozo. Aunque la peor escena ocurrió durante la madrugada, cuando desde las embarcaciones se dieron cuenta que faltaban dos compañeros. Estaban entre llamas en la Isla de los Pájaros. “Fuimos a auxiliarlos y pudieron salir bien”, dijo el pescador. “Por suerte todos están bien”

¿Las respuestas frente a esta tragedia? Ninguna hasta ahora. Cardozo afirma que han conversado con el intendente. “Dijo que se iba a comunicar con el gobernador”, y agrega, “se pasan la pelota entre ellos”.

Los pescadores artesanales de Ramallo hacen un llamado a cualquier tipo de ayuda que puedan recibir. No tienen ni para el combustible para ir a pescar del otro lado del río. Sin embargo, no quieren intermediarios. “Ya sabemos cómo es. Hacen una colecta desde el municipio y después nos llegan a nosotros dos chapas”.

Ranchadas de los pescadores hechas cenizas

Causalidades no casualidades

Según un registro de la Secretaría de Agricultura Familias Campesino Indígena (SAFCI), son 12 mil pescadores artesanales viviendo en las cuencas del Río Paraná. Más de la mitad del total que hay en el país. Las condiciones de trabajo de los pescadores de río son muy precarias, y todos comparten una situación que agravia enormemente la actividad que se desarrolla de generación tras generación: la bajante extraordinaria del Río Paraná.

Cardozo explicó que la bajante del Rio fue una oportunidad para llevar a cabo más incendios, y asegura que, “hay muchas vacas en las islas” a comparación de otros momentos.

Es sabido que los incendios en la zona del Delta Paraná son intencionales. Las imágenes de personas mitigando fuego, que detectaron las torres de monitoreo y que el Ministro de Ambiente Cabandié expuso en el juzgado de Victoria lo demuestran. ¿El objetivo? Expandir la ganadería, actividad por excelencia en las islas del Delta Paraná.

En el 2020 se difundió un listado de productores que certifica la explotación ganadera del humedal del Delta- Paraná. Allí se blanquearon los 229 productores ganaderos autorizados a llevar ganado a la zona de islas frente a Rosario, donde aparecieron nombres como el de Baggio, o familias de políticos poderosos como Mateo Risso, hijo del ex intendente de Victoria, los Esnal, hijos de un ex fiscal, Casanova, José Barra, Reggiardo, Brassesco, Mittelman y Mariani, dueño de una guardería náutica en Rosario, quien fue denunciado por haber usurpado terreno.

Hay más nombres dando vueltas, y las razones de esta tragedias ya salieron a la luz. Sin embargo, las soluciones aún no aparecen. La Ley de Humedales fue cajoneada por novena vez en el año, a pesar de sus amplias expectativas. El lobby ejercido para detener esta normativa nacional que proteja a estos territorios y sus habitantes, por ahora lo puede con todo.

Pescadores de la cooperativa “los pescadores sean unidos” en la presentación del proyecto de Ley de Pesca Artesanal, en el Congreso