El pasado lunes 14 de octubre, la Petroquímica Río Tercero decidió cerrar la planta que producía Diisocianato de tolueno (TDI), la cual conforma el 80% de las instalaciones de la empresa. El TDI es, principalmente, materia prima de la industria colchonera y automotriz para la producción de espumas flexibles de poliuretano, utilizado en revestimientos mullidos, como almohadas, colchones, asientos o butacas.
De acuerdo a sus autoridades, el cierre de la fábrica obedece a la falta de colocación en el mercado del diisocianato de tolueno. Sin embargo, el Secretario General del Sindicato del Personal Químico y Petroquímico, Lucas Felici aseguró que se trata de una ilegalidad.
“Porque a vos comercialmente no te convenga, no podes cerrar una fábrica. No funciona así en la legalidad. Vos a una fábrica la cerras cuando demostras pérdidas en tu economía que hace que sea insostenible la industria, pero la empresa presentó los últimos tres balances positivos”, sostuvo Felici en Frecuencia DLR.
Asimismo, explicó que están reemplazando la producción nacional por ‘la importación‘, ya que pretenden “apagar las máquinas porque los costos energéticos desde la llegada de Milei se han ido elevando a cifras muy altas” y que últimamente el TDI “cotiza como una commodity, entonces les conviene comprar el producto afuera y producir los colchones”.
Perteneciente al grupo Piero, ésta era la única planta productora de TDI en Latinoamérica. Debido, principalmente, a la competencia con la producción asiática, hace algunos años que este material no es exportado pero sí se comercializaba en la industria nacional.
La decisión se tomó de modo intempestivo y sin anuncios previos en el marco de un ‘procedimiento preventivo de crisis’, que arrancó en abril de este año. Ahora, rompiendo con el acuerdo preventivo, la empresa distribuyó 127 telegramas de cesantía. Además, se comunicaron 125 suspensiones a trabajadores indirectos, pertenecientes a una contratista de la petroquímica y a la empresa estatal Fabricaciones Militares, alcanzando un total de 252 personas afectadas en el polo petroquímico más grande de Córdoba.
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La medida ocasionó un efecto dominó en la cadena industrial de la ciudad ya que la Petroquímica es el máximo comprador de Fabricaciones Militares: el 90% de su producción de ácido nítrico lo consume la planta de TDI. “Es una masacre laboral que va a representar en la economía de Río Tercero alrededor de 60 millones de pesos menos circulando el mes que viene”, asegura Felici respecto al impacto en la economía local.
En Río Tercero esta industria funciona hace 70 años, por ende, su estructura como ciudad creció en torno a ellas. “Tenemos hasta escuelas técnicas relacionadas a la industria química”, cuenta el secretario gremial. “Cuando la industria se apaga, todo ese tejido se rompe”.
El mismo día que se oficializaron los telegramas de despido, el Sindicato (Spiqyp Rio III) convocó al paro total de las actividades en la empresa. Una movilización histórica para la región que concentró trabajadores, vecinos, familias, sindicatos hermanos y organizaciones sociales frente a la incertidumbre y la angustia.
Por su parte, el intendente de la ciudad, Marcos Ferrer expresó a La Política Online: “Yo tengo una posición clara respecto de Milei: comparto el equilibrio fiscal, pero todo ajuste requiere una dosis muy grande de igualdad y equidad y eso está faltando en el ajuste nacional”. Ferrer, quien es presidente de la UCR Córdoba, apunta a que el gobierno nacional “tiene una mirada equivocada de la industria nacional” a la cual, con la apertura de las importaciones, se la está “obligando a competir de manera desigual ya que no se le bajaron los costos de energía, combustible ni transporte”.
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